PURA MELCOCHA

¡Hay tantas cosas que contar! Pero, ¿habrá tantas orejas?

Por lo pronto, les voy a platicar hasta a dónde me llevo mi locura. Aunque... mas que locura, fue el destino. ¡Un destino dulce!
Todo empezó con una inocente llamada a una amiga de la maestría.... ¡Hey! ¿Qué maestría? ¿Qué amiga? ¿Dónde? ¿Cuándo? Bueeeno, pongamos las cosas en claro antes de empezar... Estoy en Bélgica, estudiando una maestría en antropología, y descifrando el arte de vivir con un presupuesto de beca no otorgada, lo cual hace las cosas un poquitín más interesantes. ¿Cuándo? La fecha exacta no es importante, lo importante es que... había vacaciones y

Todo empezó con una inocente llamada a una amiga de la maestría, para ver como iba con sus exámenes y para presumirle que estaba planeando ir Miami en la semana de vacaciones (lo que no le dije es que solo me faltaba avisarle a la amiga de Miami que pronto tendría visitas). La respuesta fue que en los exámenes le estaba yendo bien y que ella estaba planeando ir a ¡Mérida!

Esa noche soñé con dulces abrillantados y los higos cubiertos y  hasta el calentaíto, la bebida esa elaborada con aguardiente, canela y otras especies; siempre me había parecido algo tan cerca que nunca consideré la posibilidad... entonces se me ocurrió que  podría ir, pensé en hablarle para preguntarle cómo es que alguien podía disfrutar de algo al estar allá, y así tal vez, en las vacaciones yo emprendería esa aventura..... Pues le marqué... y en menos de dos horas me encontré saliendo de una agencia de viajes con boleto en mano... dirección... ¡MÉRIDA!

WOW! ¡No lo podía creer! Tenía en mis manos un boleto, es más, no era un boleto era casi una alfombra mágica. Pero... ayyy, la sonrisa que se había instalado en mis orejas se volvió un poco más amplia al momento de pisar suelo merideño y encontrarme con el mundo de los dulces mas grande del mundo, ¡mura melcocha pues!

El alfondoque, la melcocha, las conservas, los dulces abrillantados, los confites, la polvorosa, los bocadillos de guayaba, el higo relleno de arequipe, el dulce de lechosa con hojas de higuera, el curruchete, la caspiroleta, y muchos otros más. Y no era solo aquello, también el pan aliñado, el pan tovareño, el pan de Tunja, el pan de avena, el pan de maíz, el pan de queso, chicharrones o guayaba, la acema, la acemita, la acema de chicharrón, el pan mojicón, el bizcochuelo, la manteca, la almojábana y otras preparaciones de panadería como los bizcochos dulces y salados, las catalinas, etc.

Desde el aeropuerto se siente el cambio de atmósfera… ¡Dios mio! La mejor de las aventuras… jejeje y la mejor de las comelonas.

Ahora me tengo que ir pero seguiré contándoles mis aventuras en el próximo capitulo…

Mayte Gonzáles

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