“Disfraz Institucional”
El sistema de seguridad en Venezuela funciona como una cadena viciosa, de personajes que para realizar sus fechorías utilizan un disfraz. Los que dicen ser defensores de la seguridad son los que llevan a que esta se quiebre. Es una línea engorrosa y confusa la que envuelve los sucesos de nuestro país día a día.
Actualmente la sociedad venezolana es atacada diariamente por diversos delitos que han sido los protagonistas fundamentales, para ubicar al estado venezolano entre los cuarenta países más peligroso del mundo y a la cuidad de Caracas en el puesto número cuatro, de los lugares más violento de Latinoamérica, según la publicación de la revista norteamericana Foreign Policy que realizó una lista de las urbes con más homicidios en el mundo.
Donde el secuestro, el sicariato, la corrupción institucional como el reciente caso ocurrido en Maracay de la explosión en CAVIM, bandas organizadas que operan en delitos informáticos, redes de motobanquistas, un pésimo sistema penitenciario, y ferroviarios tienen lugar dentro de la red de delitos que nos acechan a diario nuestro país; y sin olvidarnos del caso que azotó por un tiempo a nuestra Venezuela como lo fue el canibalismo o mejor conocido como el comegente, Un sistema político y judicial que se hace la vista gorda ante los diferentes accionares delictivo, es lo que ha traído como consecuencia, el delito más grande del sistema judicial venezolano el cual es la impunidad, lo que ha ocasionado un gran deterioro social, económico y cultural de uno de los países más ricos de Latinoamérica.
En Venezuela la lucha más grande que ha querido establecer el gobierno venezolano o que así lo ha dado a conocer, ha sido un proceso depurativo de instituciones policiales, creando un nuevo cuerpo de seguridad policial, como lo es la Policía Nacional Bolivariana, con el objetivo principal de eliminar aquellos vicios y organizaciones delictiva creadas por los mismo funcionarios policiales, dando a conocer una misión policial, la cual es: Garantizar los derechos de las personas frente a situaciones que constituyan amenazas, vulnerabilidad, riesgo o daños a la integridad física, sus propiedades, el libre ejercicio de sus derechos, el respeto de sus garantías, la paz social, la convivencia y el cumplimiento de la ley, así como apoyar el cumplimiento de las decisiones de las autoridades competentes, controlar y vigilar las vías de circulación y el tránsito y facilitar la resolución de conflictos mediante el diálogo, la mediación y la conciliación, conforme a los estándares nacionales establecido. Así lo ha dado a conocer el presidente de la república, Hugo Rafael Chávez Frías. Lo cual ha originado una matriz de diversas opiniones, ya que con un año de formación de esta institución, diversos funcionarios policiales se han encontrado inmersos en diferentes actuaciones delictivas, sobre todo en el servicio de patrullaje de vías rápidas, que es el encargado de velar por la seguridad de los conductores de tránsito en las autopistas principales que acceden a la cuidad de Caracas.
No solo un cuerpo policial protagoniza los delitos. También se suman a ello la competencia militar, según la fiscalía quienes han dado a través de los medios de comunicación, algunos casos, en los que altos funcionarios de la milicia venezolana se han encontrado involucrado en redes de corrupción, adunas, aeropuertos, fronteras, secuestros y en el caso de los albergues donde se encuentran familias de venezolanos que en época de diciembre del año pasado quedaron damnificados por la fuertes lluvias que afectaron parte del territorio venezolano.
Que difícil es no poder confiar plenamente en las instituciones policiales, y vivir en un país donde ninguna ley es cumplida a cabalidad. Sin olvidar que existe un gran abuso de poder por parte de estas mismas instituciones, quienes juegan con el poder que el estado les otorga a su conveniencia y no para lo que verdaderamente deberían, lo cual es velar por la seguridad e integridad del ciudadano. Esto es Venezuela!
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