Zafiro del Caribe


Uno de los placeres más excitantes que existe en la vida es viajar, y cómo no hacerlo en un país como el nuestro, donde poseemos potencial turístico y atributos naturales de sobra que destacan por sus grandes bellezas y atractivos como El Parque Nacional Los Roques, mundialmente conocido como un hermoso archipiélago de pequeñas islas coralinas que se encuentra ubicado en el Mar Caribe, el cual posee 60 cayos rodeados por aguas cristalinas, que lo convierten en uno de los más bellos reservorios de vida marina en Venezuela. Dada a la grandeza de este destino turístico de parada obligatoria, hace algún tiempo fui dispuesta a ir a conocer el “Zafiro del Caribe”; desde que llegue me pude percatar del árido paisaje contrastado con el verdor de los manglares, cactus y vegetación rastrera, ambiente en el que habitan iguanas, lagartos, tortugas marinas que suben a poner sus huevos y una diversidad de aves. Debajo de sus aguas transparentes con diferentes tonalidades de azules, los buzos y submarinistas se deleitarán de un paraíso, por la existencia de grandes bancos de peces y variedades de corales, todo un tesoro ecológico debido a su biodiversidad de valor incalculable.
En su principal pueblito,  El Gran Roque, se pueden encontrar todas las posadas y servicios, lugar en el que pase mi primer atardecer en la isla, en el que fue precioso ver la puesta del sol que me brindó la naturaleza ese día, lo cual fue un indicio de lo que me esperaba en el resto del la marcha. 
Hice un recorrido por los principales cayos, en donde comencé por Madrizqui, posee unas hermosas playas donde se puede disfrutar de la práctica del snorkeling o buceo a pulmón. El segundo en la lista fue Francisqui, donde se puede disfrutar de diversos deportes acuáticos no motorizados o simplemente contemplar el paisaje. Del mismo modo pernocté en Crasqui, cayo que cuenta con varios restaurantes e invitan al turista a pasar un gran momento de relax en sus tranquilas playas. 
El archipiélago ofrece muchas opciones para su estadía, desde posadas, yates y veleros hasta las carpas para los más aventureros que quieran vivir una experiencia inolvidable, además ofrece la oportunidad para practicar una cantidad de actividades de recreación y deportes como KiteSurf, Windsurf, snorkeling y buceo siempre con una perspectiva en pro de la ecología, sin dañar el ecosistema. Fue un viaje impactante para mí, estuvo lleno de emociones diferentes y únicas provocadas por los distintos panoramas que allí se pueden apreciar, donde lo que más resalta y llama la atención es el azul intenso del Mar Caribe en conjunto con la diversidad de matices de este color, razón por la cual  me pareció perfecto y muy apropiado llamarle el “Zafiro del Caribe”.  Es prácticamente imposible describir lo que uno vive en un lugar así, lo que se aprecia en aquellas cosas simples de la vida, mirar a las gaviotas revolotear, ver el cielo, las estrellas, disfrutar el agua como si fuéramos niños...  No hay que contarlo, hay que vivirlo.
Bárbara Sforzina

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