Editorial



Si existe algo sobre la tierra que los humanos no podemos dejar de compartir en el día a día, es la degustación de buenos platos de comida, el movido ritmo de la música al son de las canciones y la tentación de vivir noches apasionadas. Esta trilogía de factores hace que convivamos dentro de una sociedad de diversos gustos y colores, pero que cuando se juntan se crea un solo equilibrio que brinda buenos momentos, emociones y un toque de locura.

       Generalmente solemos socializar con un rico plato de comidas, de acuerdo al momento la ocasión se presta para tomar unos tragos y quizá prolongar una noche de copas y pasión, esto suele pasarnos a muchos incontables veces, pero seguramente todos llevamos en nuestras mentes un vago recuerdo de esas vivencias. Por consiguiente la comida, la música y los tragos nos conducen a la pasión, hay muchas formas de toparnos con estos momentos, pero no existe orden ni hora acordada para que se relacionen entre sí.

       En Venezuela todos sabemos que en donde hay música, comida y licor, sólo faltamos nosotros para que se arme la rumba de verdad, somos muy fiesteros y siempre tratamos de celebrar toda ocasión o día importante con tragos, platos de comida y por qué no con una loca cita de romance, por ello, comer, bailar y beber nos permite compartir más estrechamente en la sociedad y en oportunidades nos otorga la pasión de tener sexo.

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