Los saboteadores de dieta asechan

Ingerir pesticidas, hormonas de crecimiento, y químicos que provienen del plástico obviamente no son una buena idea. Pero otros saboteadores de dieta asechan en cada alimento no natural. Estamos hablando de la alta fructosa mejor conocida como sirop de maíz (HFCS) y la soya, las cuales son adheridas en tu dieta y en la de los animales que comes, las cuales son transformadas en tu cuerpo en obesogens, los cuales evitan el correcto funcionamiento de tu aparato digestivo.
Pero espera: ¿acaso no es la soya buena para tu cuerpo? No necesariamente. Un estudio echo por la Sociedad Americana del Corazón destacó que la soya puede bajar tus niveles de colesterol, pero apenas en un 3%. Es decir que tendrías que ingerir el equivalente a 5 kilos de tofu al día para ver los beneficios. Así esta asociación desacredito a la soya como un componente beneficioso para el corazón.  Pero aún así la soya se esconde desde las galletas, hasta las papitas fritas y en los aderezos de ensaladas.
El resultado de toda esta ingesta extra de soya podría traer – prepárate para esto – más grasa! Esto es particularmente verdadero para aquellas personas que le dan leche basada en soya a los infantes. La soya contiene dos químicos naturales genisteina y daidezina los cuales son productores de estrógeno y pueden afectar la mal formación de las células.
Pero espera, adivina quien más esta en tu dieta. Los pollos y pescados de los cuales dependemos, anteriormente eran alimentados con grasas naturales, ahora sus dietas tienen a la soya como componente principal.
Según la nutricionista Carola Vargas la razón por la cual fallamos en nuestras dietas es debido a que gran parte del pollo que comemos tiene la misma cantidad de calorías e grasa como de proteína. (Es correcto, el pollo al igual que nosotros esta perdiendo músculos y ganando cada vez más grasa)
La alta fructosa (sirup de maíz) ha sido catalogado por varios expertos como otra gran influencia en esta crisis de obesidad. El HFCS es encontrado en incontables productos., desde el pan, pasando por la salsa de tomate y hasta el jarabe para la tos que tomamos. 
Estudios recientes indican que dietas que contienen alta ingesta de HFCS pueden manipular tu cerebro y hacerte sentir más hambre cuando en verdad no la tienes. Y otros estudios realizados por la asociación para la salud de Miami han demostrado que el HFCS incluso daña el sistema endocrino, en las personas que sufren de sobrepeso le afecta la hormona que regula el apetito.
¿Es todo esto desconcertante? Para nada, porque puedes regresar al viejo consejo que nos daban al emprender una dieta – aquella vieja sabiduría- deja de comer hamburguesas, pasta y helado y regresa a comer aquellas cosas que amas. Por supuesto igual tienes que controlar el tamaño de las porciones. Pero la clave es comer natural, una dieta libre de todo esto. Haz esto mientras mantienes una rutina de ejercicio y en poco tiempo veras resultados. Tu cintura, tus hormonas, músculos e incluso hasta tu libido te lo agradecerán. 
Angel Van Der Biest

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